¿Qué pasa cuando se cruzan el género y la interculturalidad?

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¿Qué pasa cuando se cruzan el género y la interculturalidad?

L'ecofeminisme és la resposta

Desde el Ámbito de Diversidades de QSL remarcamos la importancia de la mirada interseccional como base del trabajo en el ámbito social, educativo y cultural.

En los últimos años, cuando se acerca el 8 de marzo, cada vez más se pueden escuchar y leer frases como «La lucha feminista será antirracista» o «Las luchas trans serán feministas». Y es que, por suerte, cada vez más en los diversos activismos y las políticas públicas está cogiendo fuerza la mirada interseccional.

Ya en 1989 la académica afroamericana Kimberlé Crenshaw popularizó el término interseccionalidad y lo definió como el fenómeno por el que cada individuo sufre una opresión u ostenta un privilegio en base a su pertenencia a diversas categorías sociales. En una reciente charla TED explicaba como ella necesitó esta palabra para «abordar el hecho de que muchos problemas en nuestra sociedad como los racismos y los machismos a veces se superponen creando múltiples niveles de injusticia social».

Por eso desde el ámbito Diversidades de QSL apostamos por generar materiales de comunicación y campañas de sensibilización que atiendan a varios ejes de opresión. Vemos la mirada interseccional como punto de partida. Hay que tener presentes como operan los diferentes privilegios y opresiones para poder empezar a trabajar.

A veces, en el mundo de la gestión cultural, pasa que alguien con seguramente muy buena intención, impulsa actividades o campañas en base a un eje de opresión. Se ha formado sobre un tema y quiere darlo a conocer. Es fantástico tener esta iniciativa, pero seguro que dentro del grupo al que va dirigida la acción, las realidades son muy diversas en base a género, interculturalidad, clase, edad, diversidad afectivo-sexual … Y no sólo eso, también habrá que hacer un trabajo previo de revisión de los privilegios: ¿desde donde estoy planteando esta actividad? Si se juntan una serie de privilegios, como podrían ser hombre, blanco, clase media-alta, estudios universitarios, heterosexual … habrá que tenerlo en cuenta para revisarse, dependiendo del tipo de acción que se haga.

Desde QSL hemos sido los últimos años fomentando el trabajo colaborativo e interseccional, atendiendo a diferentes ejes y miradas. Por ejemplo, desarrollando proyectos interculturales ligados a políticas juveniles, de educación afectivo-sexual o de género. Un ejemplo de este último es la campaña del 8 de marzo impulsada el año pasado desde el Ayuntamiento de Barcelona, ​​“El ecofeminismo es la respuesta”. Pusimos de relieve que históricamente, mujeres, campesinas e indígenas, de todo el mundo han demostrado como la cultura de dominación y de poder que genera las relaciones de desigualdad de género y de injusticia global es la misma cultura que desencadena la explotación de la naturaleza y el resto de seres vivos. Y era importante que, a pesar de ser una campaña situada en la ciudad de Barcelona, ​​reflejara la diversidad en todos los sentidos de las mujeres implicadas en la defensa de la vida.

Otra campaña que muestra bien la intersección entre género e interculturalidad ha sido la denominada «8 vivencias de cuidados. Y tú, cómo te cuidas?«, Impulsado por el Servicio de Interculturalidad del Distrito de Sant Andreu. El proyecto quería colectivizar diversas formas de cuidarse a una misma con un proceso participativo con mujeres del distrito de Sant Andreu. Evidentemente, había que reflejar la diversidad de las mujeres que viven en Sant Andreu y por ello se contó con mujeres de orígenes culturales diversos, de edades que oscilan entre los 14 y los 86 años y con realidades muy diferentes.

8 maneres de cuidar-se

La mirada interseccional es importante. No es el camino fácil porque comporta cuestionarse y repensar constantemente, pero hay que poner atención porque, como decía Carolina Astudillo, directora del ámbito de Diversidades de QSL en una formación recientemente: «Si no se piensa una actividad en clave antirracista, será racista. Si no se piensa una acción en clave feminista, será machista. Es duro pero es así «. A veces la conciencia y el cuestionamiento de los privilegios propios puede conllevar incomodidad, pero es una incomodidad necesaria para no oprimir. Lo importante no es la cantidad de privilegios que se tengan sino qué se acaba haciendo con ellos.